Venerable
Olga Gugelmo de la Madre de Dios
Hija de la Iglesia

Nació en Poiana Maggiore, en la Provincia de Vicenza (Italia) el 10 Mayo de 1910. Olga fue una joven feliz a pesar de los diversos sufrimientos que marcaron su vida. A los seis años perdió a su padre Antonio en la guerra.

Desde pequeña se distinguió por su sensibilidad y generosidad hacia los más pobres. Ayudaba a su madre, Candida Andretto, cuidando a sus tres hermanitos y, a la vez, estudiaba obteniendo siempre las mejores calificaciones. (Obtuvo el diploma de maestra en el Instituto de San Benedetto de Montagnana a los 18 años).

Y además era conocida, por todos, su pasión por la catequesis parroquial.

Comienza su profesión como maestra de primaria en la ciudad de Valvasone, en Friuli; luego en San Lucas de Marostica y, de 1933 a 1934, en Poiana, enriqueciendo su trabajo con varias actividades caritativas y apostólicas, sea en la Acción Católica que en el UNITALSI, o en otras organizaciones de beneficencia.

Se da cuenta, sin embargo, de que todo esto no es suficiente e inflamada por el mismo ideal de María Oliva Bonaldo el 16 de julio de 1938, decide ingresar con el primer núcleo en la naciente familia de las Hijas de la Iglesia.

Olga, en los pocos años vividos en el Instituto supo encarnar plenamente el carisma de las Hijas de la Iglesia, dando testimonio a todos. Siempre con una sonrisa, también en el sufrimiento. Olga de la Madre de Dios (ésta es la advocación añadida a su nombre por la Fundadora cuando ingresó en esta Familia religiosa, por su fuerte y tierna devoción a la Virgen María), vivió en una constante actitud de escucha de la Palabra de Dios a fin de que, obedeciéndola como Jesús, se realizara la voluntad del Padre... que todos sean uno... que todos alcancen la salvación.

Buscaba hacerlo de todas las maneras, sin descanso, sabiendo que debía dar su aporte personal. Había que ayudar a los sacerdotes, instruir a los ignorantes, convertir a los pecadores, orientar a las jóvenes, los agonizantes, los afligidos, los enfermos…

De repente, se da cuenta que todo esto no es suficiente y es justamente cuando se encuentra motivada por el mismo ideal de María Oliva Bonaldo, así es como el 16 de julio 1938 decide entrar en el primer núcleo de las religiosas Hijas de la Iglesia.

M. María Oliva describe así su intensa relación con Dios, especialmente en el encuentro eucarístico y en los prolongados tiempos de meditación: “Olga se perdía... corazón a corazón con Jesús, corazón a corazón con María, siempre de rodillas, aparentemente sin ningún esfuerzo... De aquí brotaba su ardor apostólico. Los primeros que se refugiaron en su corazón fueron los pobres... La campanita de la entrada sonaba continuamente... y frecuentemente. Olga debía atender también a los seminaristas que venían sobre todo para recibir una palabra de fuego de aquella hermana que amaba tanto al Señor.

En los años 1938 a 1941 Olga ayuda a la Madre María Oliva en los primeros pasos de la fundación en Roma y en el Veneto. El 4 de agosto de 1940 emite sus primeros votos en Treviso y desde junio de de 1941 está en la comunidad “Mater Divinae Gratiae “(Ischia, Italia). En octubre de 1942 llega a Mestre, a la casa “Mater Christi”, como secretaria de la Fundadora. El 2 de abril de 1943, cae enferma de meningitis fulminante. Es ingresada en el hospital de Mestre. El 11 de abril, Domingo de Ramos, con sólo 33 años, deja este mundo.

Antes de abandonarnos aquí en la tierra, Olga prometió: «Haré como la Pequeña Teresa,... pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra».

Olga continúa viviendo en medio de nosotros con su ejemplo de vida, donada enteramente a Dios en la Iglesia Madre y muchas personas se encomiendan a ella como a una amiga. Es significativo el continuo fluir de devotos que peregrinan a su tumba, custodiada en el cementerio de Mestre, donde cada año, en el segundo Domingo de Pascua, en la Iglesia de San Jerónimo, confiada a nuestra Comunidad, se celebra la S. Misa con la participación de fieles que la conocieron y otros que han escuchado hablar de ella y se convirtieron también en sus devotos.

El Boletín de la causa de beatificación Figlie della Chiesa, publicación trimestral que recoge noticias sobre la vida del Instituto, también da información sobre los testimonios de personas que han obtenido alguna gracia por intercesión de la Sierva de Dios.  Papa Francisco el 31 de octubre de 2013 ha reconocido la heroicidad de sus virtudes y la ha declarado Venerable